Sin pensarlo dos veces

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POST-IT: DOBLE MILITANCIA I

A propósito del XVI Encuentro Intercultural de Mujeres que se ha organizado, año tras año hasta cumplir los 16, por la asociación El Cerezo de Villena y que este año lo han dedicado a la doble militancia; me he visto obligada a reflexionar sobre las mías, mis militancias: el feminismo y el socialismo. Fundamentalmente porque las organizadoras me invitaron a participar como ponente y no me iba a presentar ante un aforo tan sabio sin haber hecho el ejercicio autocrítico que entendí se me pedía.

La intervención la titulé: Doble militancia o células imaginales. El porqué del título lo dejo para el final de este Post-it. Compartí intervención con Cate Hernández y Marisol Moreno, de las que recomiendo los cinco lobos a los que nos enfrentamos las mujeres feministas en los partidos políticos, de Cate y la necesidad de seguir aprendiendo, de Marisol. En cuanto a mi intervención simplemente quise introducir tres elementos para el debate posterior.

Estos elementos eran: 1.- ¿Es necesario un partido feminista? 2.- Los Pactos como estrategia. 3.- La total investidura de las mujeres en política.

Empecé mi intervención diciendo que cuando me invitan a intervenir en un debate y digo que soy socialista la mitad del aforo desconecta, pero cuando digo que soy feminista desconecta la otra mitad. Así que llegados a este punto entendería perfectamente que dejaran de leer este post-it. Sin embargo, todavía no sé por qué, me siguen invitando a participar y con ello obligándome a reflexionar sobre el socialismo y el feminismo.

A partir de aquí extractaré de mi intervención los tres puntos a los que me he referido antes:

1.- ¿Es necesario un partido feminista?

“…Considero que introducir el contexto socio-político actual es importante porque me gustaría hablar de la doble militancia hoy, pero para hablar de la doble militancia hoy es inevitable retomar el debate que se inició a finales de los 70’ y que en las Jornadas de Granada supusieron una línea divisoria entre el Feminismo Independiente y las Feministas de Doble Militancia momento en el que las independientes abandonaron las estructuras unitarias generando una ruptura organizativa del movimiento.

Hablo de las Jornadas de Granada porque en el contexto socio-político actual son muchas las voces feministas que reclaman un espacio político propio y con lo de espacio político propio me refiero a un partido feminista.

Este es uno de los elementos que quería introducir para que en el debate posterior podamos retomarlo. ¿Necesitamos o es conveniente un partido feminista? ¿Deberíamos reconducir nuestra doble militancia a un partido feminista?

Tirada la piedra no voy a esconder la mano, yo soy feminista y socialista. Y aquí quiero detenerme unos segundos. Las etiquetas no están de moda, lo sé, pero es que yo no soy ni de arriba ni de abajo, ni progresista ni conservadora, soy socialista de la misma manera que soy feminista, de la única manera que sé ser: sin paliativos. Evidentemente estoy hablando de ideología. La que me hace militar en mi organización y la que me hace militar con vosotras…”

2.- Los Pactos como estrategia.

“…Retomado el tema de las organizaciones, que las organizaciones políticas, sindicales, empresariales y asociativas son patriarcales es una de las pocas verdades que me atrevo a sostener. Dicho esto, me parece imprescindible establecer pactos entre las mujeres feministas que militamos en los partidos políticos y, por supuesto, con aquellas que no militan para poder hacer que nuestros partidos venzan las resistencias patriarcales y no seamos nosotras las que siempre tengamos que posponer los debates importantes por los urgentes.

Los Pactos es el segundo elemento que me gustaría introducir para el debate posterior. Sobre todo, porque volviendo a la situación socio-política actual, en que tan necesarios son para que la izquierda pueda gobernar, mi pregunta ahora es ¿En qué medida van a influir las políticas de igualdad que se desarrollarán posteriormente a la hora de dar la gobernabilidad a uno u otro partido? ¿En qué medida estamos influyendo las feministas en los pactos de gobierno o vamos a ser llamadas a pactar?…”

3.- La total investidura de las mujeres en política.

“…Celia Amorós afirma que “las mujeres detentan poder sin la completa investidura” es decir, con esa precisión que hace que detentar poder sea verdadera y creíble. (Así lo explica Amelia Valcárcel en su libro La política de las mujeres).

Amelia Valcárcel continua diciendo que: una decisión tomada por alguien que detenta poder de esta forma tiene que ser ratificada (y si no es ratificada dicha decisión) permanece simplemente en los márgenes de lo relativamente opinable. (convirtiéndose por tanto en una protodecisión, no en una decisión). Por lo que es totalmente diferente llevar a ratificación que a conocimiento.

Lo que nos lleva a plantearnos el poder implícito y el poder explicito, del que habla Valcárcel. Una Secretaria de Igualdad en una organización política detenta un poder explícito, legitimado en la asamblea que ha sido elegida, pero quienes ostentan el poder implícito, el que no se elige en ninguna asamblea en muchas ocasiones lo hacen valer por encima de quienes detentan el poder explícito.

Sobre este tema recomiendo encarecidamente el artículo de opinión de Beatriz Gimeno Feminismo en los partidos y mujeres excusa http://beatrizgimeno.es/2011/12/15/2181/ …”

Acabé mi intervención explicando el título de la misma: Doble militancia o células imaginales.

“… Las feministas somos las células imaginales de los partidos políticos. Las orugas, en este símil los partidos políticos, viven absolutamente felices viviendo como orugas, paseándose como orugas, relacionándose como orugas. Pero llega un momento, en la vida de toda oruga, en el que empiezan a aparecer las células imaginales. El sistema inmune de las orugas no reconoce a las células imaginales y las ataca. Algunas o muchas mueren, pero su cuerpo no deja de generar células imaginales y al final son las células imaginales quienes hacen posible que la oruga se convierta en mariposa. Las células imaginales son las responsables de la metamorfosis de la oruga convirtiéndola en mariposa. (Es ciencia no cuento). De la misma manera que las feministas transformaremos hasta hacer posible la igualdad entre mujeres y hombres en las organizaciones y la sociedad.

Continuará.

El Cerezo


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Mising Operative Sistem

Despertarse, hacer un café, dirigirte a la mesa donde tienes el ordenador, presionar el botón de encendido mientras das el primer sorbo al café y que se te atragante al leer en la pantalla: Mising Operative Sistem o lo que es lo mismo, Sistema Operativo Perdido. Eso, exactamente, es lo que me pasó hace un mes.

En la misma semana en la que volví a ver la serie Sex in the City por enésima vez y en la que celebramos el cuarenta cumpleaños de mi hermana, al que teníamos que asistir vestidos de parejas de ficción.

Tentada estuve de asistir al cumpleaños vestida de Carrie Bradshaw acompañada de mi ordenador portátil emulando el capítulo en el que el Sistema Operativo también desaparece de su ordenador.

Como a ella, todos me preguntaban: ¿No has hecho copia de seguridad?

¿Quién hace copia de seguridad? ¿Quién? Pues resulta que hay quien sí hace copia de seguridad.

¿Se divide la sociedad entre quienes hacen copia de seguridad y quienes no la hacen? ¿Entre quienes tienen una vida asegurada a todo riesgo y quienes hacen del riesgo una forma de asegurarse toda una vida?

Toda una vida no, pero los últimos cuatros años o su equivalencia en fotografías, documentos de trabajo, recetas de repostería (fantásticas y que ya no recuperaré), materiales de estudio e incluso mi novela han quedado encriptados por un troyano.

No, no soy de las que hace copia de seguridad ni asegura su vida a todo riesgo. Tampoco practicaría el funambulismo para cruzar las cataratas del Niágara. Soy más bien de las que saltaría de un trapecio con red si esa red son mis amigas y también soy de las que tiene que aprender a trabajar con un nuevo ordenador.

Ese troyano me ha encriptado muchos recuerdos y mucho trabajo, pero encriptado no es sinónimo de olvidado o perdido. Ya encontraré la manera de recuperarlo y mientras tanto… ¿Por qué no saltar del trapecio de vez en cuando?

trapecio


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Pos-it: Yo decido. El Tren de la Libertad

Leo en elEconomista.es: “El Gobierno no aprobará el viernes la ley del aborto por retrasos en los informes”. Si la noticia es cierta, el Ministro Gallardón retrasa por segunda semana la presentación de la reforma de la actual Ley de Derechos sexuales y reproductivos y de interrupción del embarazo en el Consejo de Ministros.

Dos semanas por decir algo. La tan traída y llevada reforma es la carta con la que amaga Gallardón desde que fue nombrado Ministro de Justicia. Y tanto amago, sinceramente, a mí me hace pensar que tal vez el señor ministro vaya de farol. Y es que en política no hay nada como la voluntad.

¿Se quiebra la voluntad ministerial porque hay disentimiento entre sus filas políticas sobre esta cuestión? Si la respuesta fuera afirmativa quizá el Pacto entre mujeres sería posible hoy en nuestro país.

¿El eterno amago se debe a que hasta ahora había procesos electorales en juego y la reforma de la ley le reportaría resultados más negativos de los obtenidos? Si la respuesta fuera afirmativa sería la demostración de que para este gobierno las mujeres y los derechos de las mujeres son moneda de cambio.

En cualquier caso, tanto amago y tanta quiebra de la voluntad ministerial ha tenido consecuencias. La más trágica es que hay mujeres que piensan que interrumpir voluntariamente su embarazo es un delito cuando todavía es un derecho en nuestro país.

En cuanto al feminismo… Ha conseguido ralentizar la agenda y la consecución de objetivos. Las feministas hemos tenido que aplazar debates, estrategias y líneas de investigación tan urgentes  como necesarias para alcanzar la igualdad real entre mujeres y hombres porque hemos tenido que emplear casi todas nuestras energías en la defensa de los derechos sexuales y reproductivos adquiridos. Cuando quizá conseguir el Pacto de estado contra la violencia de género debería haber sido el eje central de este momento político.

Este gobierno ha perdido la oportunidad de que las mujeres españolas lo recordáramos como el gobierno que acabó con las víctimas de primera y de segunda. La violencia ejercida contra las mujeres y la pasividad del gobierno ante dicha violencia, lo convierte en un gobierno cruel, un gobierno que desprecia a las víctimas.

Y mientras el ministro amaga con la reforma, las feministas de todo el Estado Español nos hemos unido priorizando lo que nos une sobre lo que nos diferencia. Ya lo demostramos el pasado 1 de febrero con la organización del Tren de la Libertad. El próximo 10 de julio se estrenará en toda España la película Yo decido. El Tren de la Libertad. En Alicante se proyectará en la Sede de la Universidad de Alicante (Avda. Ramón y Cajal, nº 4) a las 20.00h. La Plataforma Feminista de Alicante, Col.lectiu L’Aparadora, Elx pel Dret a Decidir y el Colectivo de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA) les esperamos para seguir defendiendo los derechos de las mujeres.

 

pelicula


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Post-it: Consortes

“El Rey ha muerto. ¡Viva el Rey!” Frase de película, donde las haya. Pero en España somos más de teatro que de cine. O eso me parece a mí. No me negarán que nos va el teatro. Mi hermana, por ejemplo, cuando era pequeña, fingía que le dolía la cabeza la tarde anterior para no ir a la escuela al día siguiente. Yo le hubiera dado el Max. Ese llevarse la mano a la cabeza. Esa capacidad de doblar el cuello con gesto de dolor. En fin… A lo que iba. El Rey no se ha muerto, ha abdicado. Y para estos casos no hay una frase tan peliculera. Aunque ahora que lo pienso… ¿Quién la habría pronunciado?

¿Y la reina? ¿Qué pasa si ella no abdica? Por aquí, me soplan al oído que es consorte. Y consorte según la R.A.E en su primera acepción dice: “Persona que es partícipe y compañera con otra u otras en la misma suerte.” ¿Misma suerte? En este caso (y en tantos otros) la de él. Menos mal que no se ha muerto. ¿La hubieran matado? Por lo de la suerte consorte, digo.

El rey abdica y se abre el melón. Monarquía o República. Que yo prefiera una Jefatura del Estado elegida por la ciudadanía, o lo que es lo mismo, una República, no es el motivo de este Post-it. Siento la decepción. “No volverá a ocurrir”.

Pero es que a mí, sí me interesa la suerte de mis consortes. No soy bígama. Vuelvo a lamentar la decepción. Las consortes a las que me refiero son las mujeres. Mis iguales. Y las están matando. Y sí, su suerte y la mía están unidas. Por eso cuando matan a una nos matan a todas.  Porque las matan por ser mujeres. Sí, desde la cuna. Y esto tiene un nombre: Feminicidio.

Una República no tiene por qué ser de izquierdas necesariamente, mucho menos nos garantiza la eliminación del patriarcado y si no que se lo pregunten a Nicolas Sarkozy. Mi prioridad, ayer, hoy, y mañana, ha sido, es y será trabajar para eliminar la desigualdad más antigua y más injusta: la que se da entre hombres y mujeres por el mero hecho de nacer con uno u otro sexo.

Esta desigualdad, no lo olviden, es anterior a la existencia de los Reyes. El origen de la desigualdad sin embargo es el mismo: el nacimiento. ¿Qué no se entiende entonces? Si la República pretende acabar con los privilegios de una familia por su cuna o nacimiento sobre el resto de la ciudadanía. ¿Cómo es posible que sigamos siendo una minoría quienes queremos abolir los privilegios de los hombres frente a las mujeres?

Apelo, a quienes enarbolan la bandera tricolor. La que incluye la franja morada. La que visibiliza el color de la lucha de las mujeres. Acabemos con los privilegios. Con los de los hombres, también.

 

en el cine


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Post-it: ¿Paz en primavera?

Me contaba una amiga que su estación preferida es la primavera porque le transmite paz. ¿Paz?

Nuestra sociedad se desangra en tiempos de paz y nuestros gobernantes no ponen remedio. ¿No han aprendido nada? Miles de mujeres son asesinadas en el Planeta cada año por el mero hecho de ser mujeres. ¿Realmente hemos evolucionado? ¿De qué ha servido el paso del tiempo? ¿No queremos observar esta realidad de la misma manera que observamos las mareas? Ya les anticipo que la luna en este caso no tiene ninguna influencia sobre la mente de los hombres. La luna llena no los convierte en machistas asesinos. La sinrazón se debe a las sociedades androcentristas en las que vivimos y a los privilegios que los varones obtienen de ellas. Privilegios que se obtienen a cambio del sufrimiento y la muerte, en este caso, de las mujeres.

La sociedad, en la intimidad, dirá que está muy mal matar a las mujeres pero de nada sirve reconocer en el ámbito privado de cada cual que el machismo mata. La sociedad ha de salir a la calle y reclamar justicia ¿O acaso creen que las víctimas del terrorismo machista no son sus víctimas? Lo son de la misma manera que lo son las víctimas de cualquier terrorismo, de la misma manera que lo fue el pueblo judío o la esclavitud de la raza negra. Nos llevamos las manos a la cabeza cuando vemos un documental que nos habla de los campos de concentración nazis o sobre el exterminio de pueblos indígenas, pero yo me pregunto ¿Y tú que estás sentado o sentada en el sillón de tu casa viendo la última noticia sobre el último asesinato por violencia de género qué vas a hacer? ¿Llevarte las manos a la cabeza? ¿Hacer como que no has sido informado? O Salir a la calle a exigir al gobierno que aplique la Ley integral contra la violencia de género y convierta el feminicidio en una cuestión de estado.

Son ya demasiadas las primaveras que las víctimas de violencia de género son incapaces de ver siquiera a través de los barrotes de sus ventanas.

 

para y piensa

 


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A veces… ¡Ya son dieciocho!

Leo el artículo de Mar Esquembre,  publicado hoy, 16 de marzo de 2014;  en Hora de Levantarse y en El Diario Información y mis dedos sienten nostalgia de teclear en el ordenador… hay quienes dirían que simplemente es envidia. No voy a discutir, he decidido reservarme para las discusiones importantes.

La cuestión es que mi hijo hoy cumple dieciocho años. Esa edad en la que las legisladoras y legisladores decidieron que somos adultas y adultos. Esa edad en la que abandonamos la infancia definitivamente.

Más allá de sentirme un poco o demasiado mayor, renuncio a hablar de mis sensaciones; poco importan si quien cumple los dieciocho es él, mi hijo.

Supongo que la mayoría de edad nos hace libres para decidir sobre nuestra vida en general y sobre todas las cuestiones que a ella atañen en particular. Esta edad también nos permite ejercer la ciudadanía plena y participar en nuestra sociedad activamente.

Ayer fue a celebrarlo con sus amigas y amigos, hoy lo celebraremos en familia… ¡Ay, esta mediterraneidad tan nuestra! Y yo me morderé la lengua para no ser la aguafiestas de turno. ¿Qué le digo? Que lo de decidir y la libertad a partir de los dieciocho no está tan claro como dice la Constitución… que si hubiera nacido mujer un tal Gallardón no le permitiría decidir sobre su cuerpo, ni cuándo y cómo quiere o no quiere ser madre… que esta realidad en la que vivimos de desigualdad entre hombre y mujeres lo sitúa en un plano de privilegio que mi hijo no eligió…

Intuyo que después de aguantar durante dieciocho años a la madre que lo parió, estas cuestiones las tiene meridianamente claras, así que, hoy, me dedicaré a disfrutar del día con él y de la tarta que le ha hecho su padre.

A partir de mañana espero seguir a su lado para que cuando la realidad social se le venga encima pueda seguir encontrando mi mano.

dieciocho


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Día ¿de qué padre?

Es sencillamente genial. Espero que lo disfrutéis.

Hora de levantarse

(Artículo publicado en diario «Información» el domingo 16 de marzo de 2014).

Como ya saben, el próximo miércoles en el santoral cristiano se festeja a San José, quien es tenido por padre de Jesús de Nazaret sin serlo biológicamente por no haberlo engendrado (que, dicen, fue cosa del Espíritu Santo, pero eso se me escapa, la verdad). Se le denomina “padre putativo” y de su acrónimo (p.p.) viene el nombre hipocorístico de Pepe, como se llama de forma cariñosa o familiar a quienes tienen José por nombre real.

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Post-it: A vuela pluma, el tren de la libertad.

Un mes sin escribir ni una sola frase. ¿Se me habrá olvidado o es como montar en bici? Yo que siempre he negado el pánico a la hoja en blanco… ¿Qué por qué? Porque cuando una se sienta a escribir es porque tiene algo que decir.

De la jornada de ayer se escribirán cientos de páginas en los periódicos, en las redes sociales, en blogs similares o contrarios al mío pero ninguna de estas páginas será la importante. La página que verdaderamente importa es la que escribimos en el mismo momento que se producía. La página en la que las mujeres asturianas, alicantinas, valencianas, canarias, madrileñas…, las mujeres de este país, escribimos nuestro presente para dejarlo subrayado en la historia subiéndonos al tren de la libertad.

En una pancarta se podía leer: “Somos las hijas, de las hijas de las brujas que no pudisteis quemar” Si ser bruja significa saberme libre e igual o ciudadana con plenos derechos, apúntenme a la lista.

El planeta en el que vivimos ha repetido una y otra vez páginas de guerra y dolor, de muerte y catástrofes por el territorio. Los hombres han lanzado piedras contra otros hombres, empuñado espadas y tirado bombas por los lindes de un trozo de tierra, comarcas o países.

Nosotras también hemos defendido la tierra y los lindes pero a través del cuidado (que poco valorado está el cuidado y cuan magnificada la guerra… ¿Que no? Solo tienen que dar un vistazo a los títulos de las superproducciones más rentables en términos económicos de Hollywood). Nosotras, las mujeres, no empuñamos armas. Creamos alianzas. Y durante siglos hemos creado esas alianzas para defender nuestro territorio más sagrado, el de nuestros cuerpos.

El feminismo es la lucha más incruenta y más pacífica de todas las luchas históricas y sin embargo, la desigualdad más antigua y más injusta es la que se da entre hombres y mujeres. La lucha de las mujeres, el feminismo, ayer, en nuestro país protagonizó una jornada histórica. Más de cien mil personas nos manifestamos en Madrid para defender la libertad de las mujeres. El cuerpo de las mujeres solo pertenece a la mujer y por tanto la decisión de ser medre o no serlo solo le corresponde a ella. Que el Ministro Gallardón mandatado por el presidente Rajoy se arrogue la potestad de decidir sobre la vida de la mitad de la población, se atreva a convertir el derecho a decidir de cada mujer sobre su cuerpo en delito y nos prive de libertad, nos convierte en seres tutelados y la tutela se ejerce sobre personas sin capacidad de discernir. ¿Qué será lo siguiente? Si las mujeres no somos personas con capacidad de discernir ¿Nos privaran del derecho al voto? ¿De estudiar en la Universidad? ¿De ejercer un oficio?

Ayer, la lucha de las mujeres consiguió unir a sindicatos y partidos políticos que se sumaron y apoyaron a las organizaciones sociales que protagonizaron el Tren de la libertad. El gobierno y el partido que lo sustenta se quedaron solos.

La soledad de quien pretende someter a las mujeres frente a los cienos de miles de abrazos entre mujeres que se conocen a través de las redes sociales pero que se saben parte de una lucha común: la libertad de las mujeres. Una jornada en la que las emociones, el cuidado y los afectos sustentaron las palabras, la razón y la lucha política por la libertad.

La libertad de las mujeres la conseguiremos sembrada de los afectos que devienen de la razón y de la lucha que cada una de nosotras compartimos con nuestras iguales.

Con tovarich


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Y si… (pag.45)

¿Tremendamente optimistas o tremendamente inconscientes? Lo único que ambas opciones tienen en común es que elijamos la que elijamos será tremenda. Hasta finales del S.XVIII, el cambio de año se vivía con temor y solo a principios del XIX se convierte en motivo de alegría, de celebración.

La nochevieja es mi fiesta preferida, posiblemente porque es la única fiesta que ninguna religión ha conseguido santificar. ¿Noche de paganismo, entonces? No diría tanto. ¿Qué celebramos en nochevieja? Que seguimos vivos. Que el tiempo transcurre, que el presente avanza para mostrarnos ese futuro con el que tantas veces soñamos y que todos los días trabajamos para que se haga realidad. La vida.

He visto sacudir zapatos, suela contra suela a la vez que su dueña decía: “Que se vaya lo malo y que venga lo bueno”. Hay quienes escriben un deseo, lo atan a un globo y cuando el globo se eleva creen que el próximo año ese deseo se hará realidad. También están quienes hacen una lista enorme de buenos propósitos que se van quedando enganchados en la consabida cuesta de enero.

Yo no soy una excepción y deseo que el próximo año sea el tiempo que me permita alcanzar objetivos y deseos personales. Comeré las doce uvas y en secreto pediré un deseo por cada uva que mastique. Pero…, este es el tremendo dilema que planteaba al principio de este Y si… ¿Qué hay de los deseos y objetivos colectivos? ¿Será el Presidente del Gobierno quien sacrificará sus deseos personales por los de la nación? ¿Dejará de pedir salud para él a cambio de un sistema de salud público, universal y gratuito y por supuesto de calidad? ¿O dejará de pedir trabajo para él y los suyos a cambio de que los seis millones de parados tengan un trabajo que les permita ocupar de manera digna un lugar en los oficios?

Para no morir de optimismo ni pecar de inconsciencia esta noche estaría bien que cada uno, que cada una, brindemos para que nuestros sueños y deseos (al menos algunos) se hagan realidad en 2014 y el 2 de enero con el activismo renovado nos volvamos a ver en las calles, en las organizaciones, en nuestros entornos para hacer posibles los derechos y libertades colectivas que desde años se empeñan en robarnos.

¡Feliz y próspero 2014! ¡Ah! Y no se olviden de brindar por cada deseo… si están en buena compañía cualquier bebida les sabrá a champagne.

 

2014


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Y si… (pag. 44)

Hace ya varias noches que al entrar en una calle me encontré con la luna al fondo, entre dos edificios, redonda, llena, enorme y amarilla. Hacía tanto tiempo que no me fijaba en la luna que casi se me había olvidado que todas las noches se acomoda en el cielo. Intenté hacerle una foto con el móvil pero todavía estoy torpe con la cámara del teléfono y no hubo manera. No sé si volveré a encontrarme con una luna tan bella, tan cargada de esperanzas como la de aquella noche, pero no dejaré de buscarla.

Esto es lo que me contaba una amiga no hace mucho. Supongo que se refería a la última luna llena, la del 17 de diciembre. Desde entonces no he dejado de darle vueltas a la conversación.

Las navidades ya han pasado: la cena con la familia, las peleas entre cuñados, los papeles rotos que envolvían los regalos bajo las ramas de plástico verde del árbol de navidad… Conozco a un hombre que, siendo ateo, adora la navidad ¿Una contradicción? Absoluta, diría yo. Pero… ¿Lo es? Porque si nos paramos a pensar ¿Qué tiene de religioso reunirse con la familia y los amigos? ¿Disfrutar de una comida o una cena, modesta u opulenta? ¡Ah! Los villancicos. ¿Quién canta villancicos? O quizá sea el nacimiento… ¿El nacimiento de qué o de quién? Porque antes de la cultura cristiana estuvieron las culturas nórdica y romana… paganas. El solsticio de invierno se celebra hace miles de años. Los nórdicos, estas fechas, las celebraban quemando troncos y hasta que no dejaban de arder comían y bebían. Cada chispa suponía el nacimiento de un cerdo, por ejemplo. Después mataban al ganado para no tener que alimentarlo en invierno. Los romanos celebraban el nacimiento de Mitra, la diosa del sol. Los esclavos gozaban de ciertos privilegios esos días. Los romanos también celebraban Juvenalia, una fiesta en honor a la infancia y a Saturno, ¿cómo no?, el dios de la cosecha.

Vamos que, lo de comer y beber, acordarse de quienes menos tienen y de las niñas y niños a finales de diciembre, es más una adaptación que una versión original de la cristiandad.

Al final del cuento ¿en qué se diferencia una pintura de Miró de una de las cuevas de Altamira? No se tiren de golpe las personas que se dedican a la crítica de arte y las voces autorizadas… quizá hayan más semejanzas que diferencias, al fin y al cabo, ambas nos emocionan.

Nos emocionan tanto como la luna llena de la que me habló mi amiga, esa que estaba cargada de esperanzas, de sueños. Y no está mal, para acabar el año, darnos un descanso entre manifestación y manifestación, recortes, privación de derechos… para pasar un tiempo con quienes nos quieren y a quienes queremos. Una tregua para los afectos. Dejarnos abrazar y regalar aunque solo sea tiempo.

Quizá o quizá no, sea alguno de esos motivos por los que a ese hombre ateo le guste tanto, tanto, la navidad.

luna grua